Historia de éxito: Escuelas dominicales para los niños de cinco localidades de una extensa parroquia

La parroquia del Espíritu Santo con sede en Sangla Hill es la mayor de la archidiócesis de Lahore y engloba 67 aldeas. Las distancias entre algunas de ellas y la sede parroquial son grandes, por lo que el párroco Akmal Patras se propuso facilitarles también a los niños católicos que viven más lejos el acceso a la catequesis y clases de Biblia. 

Gracias a la ayuda de nuestros benefactores, que donaron 11.500 euros, el párroco ha podido poner en marcha un programa de escuelas dominicales en cinco aldeas. Un total de 250 niños de entre siete y quince años tienen ahora la oportunidad de conocer más a fondo las Sagradas Escrituras y la fe de la Iglesia.

Esto es muy importante porque en las escuelas públicas los alumnos teóricamente pueden elegir entre clases de Islám y Ética, pero, en la práctica, esta última casi nunca se imparte. Por ello, los niños cristianos tienen que asistir a la instrucción religiosa islámica para obtener la puntuación necesaria para pasar de curso, nos explica el párroco. No obstante, incluso si se ofreciera la asignatura de Ética, esta no se adaptaría a las necesidades de los alumnos católicos, porque no aprenderían más sobre su fe. Finalmente, en los libros de texto paquistaníes de casi todas las asignaturas se difunden informaciones falsas sobre las minorías religiosas, y los alumnos cristianos, pero también los pertenecientes a otras minorías, soportan los prejuicios y a menudo incluso el odio de sus profesores y compañeros. “Muchos niños cristianos se sienten inferiores, tienen miedo y abandonan la escuela”, nos informa el párroco Patras. Por eso es importante reforzar la autoestima de los alumnos cristianos para que, conociendo bien su fe, sepan cómo reaccionar ante los prejuicios y las preguntas provocadoras. 

Los padres de casi todos los niños cristianos son analfabetos y no pueden transmitirles a sus hijos los conocimientos necesarios sobre la fe. Por eso, las escuelas dominicales son una importante contribución al fortalecimiento de la fe y la identidad cristiana. Que Dios os lo pague a todos los que habéis contribuido a ellas.

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