La parroquia católica de la Sagrada Familia en Gaza sufrió graves daños hoy durante un ataque. Según el Patriarcado Latino, no se han confirmado muertes hasta el momento; sin embargo, dos personas resultaron gravemente heridas. Entre ellas se encuentra el párroco, el padre Gabriel Romanelli, quien sufrió una lesión leve en la pierna.
La iglesia ha sufrido daños estructurales considerables, y la comunidad cristiana en Gaza permanece en estado de shock mientras el conflicto continúa devastando la región.
Hace apenas unos días, en un mensaje en video enviado a la organización internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), el padre Gabriel había advertido sobre el agravamiento de la situación:
“La situación en el municipio sigue siendo muy, muy grave. Los bombardeos continúan, como saben, en Rafah, en el sur de la Franja, pero también en el norte —la zona de Jabalia y otros lugares también. Otro día de guerra —otra hora de guerra— sigue complicando la vida de decenas y cientos de miles de personas”.
A pesar de las difíciles circunstancias, el sacerdote enfatizaba en su mensaje la importancia de la oración y la solidaridad:
“Les pedimos que sigan ayudándonos, que recen mucho y animen a otros a rezar. Hay que buscar la paz y la justicia por todos los medios, y también tender una mano a estas personas pobres. Que Nuestra Señora nos dé la fuerza para sembrar paz y un poco de esperanza en estas personas, y que esto termine lo antes posible”.
Niños atrapados en el bombardeo
Durante meses, la parroquia de la Sagrada Familia ha servido como refugio para cerca de 500 cristianos, incluyendo familias desplazadas de distintas zonas de Gaza. Entre ellos hay niños que, días antes del ataque, compartieron con ACN sus sueños y temores —sueños que hoy están ensombrecidos por la incertidumbre, ya que las aulas donde se refugiaban han quedado gravemente dañadas.
Julia, de 10 años, dijo:
“He estado en la iglesia desde que comenzó la guerra. Vivo con mi familia en un aula del convento latino. Extraño la escuela y a mis amigos. Sueño con ser dermatóloga. Cuando tengo miedo, mi familia me da una sensación de seguridad. Espero que la guerra termine bien, que todo se reabra y que todos regresen a sus casas”.
Tarek, de 14 años, compartió un anhelo similar:
“Llevo unos ocho meses en la iglesia latina. Vivo con mi familia en una de las clases. Tengo dos hermanas. Extraño la escuela y a mis compañeros de clase. A veces me despierto y todo está en calma, no hay bombardeos, así que voy a ayudar en la iglesia latina. Sueño con ser médico. Mis padres me dan una sensación de seguridad. Espero que la guerra termine, que todos vuelvan a sus casas y que se reabran las calles”.
El estado de Julia, Tarek y los demás niños refugiados en la parroquia es actualmente desconocido. Debido a los extensos daños en el recinto, no se dispone por ahora de información precisa sobre su situación.
Llamado a la oración y al apoyo
Ayuda a la Iglesia Necesitada hace un llamado urgente a la oración por la paz, por la recuperación de los dos heridos graves, y por todas las personas afectadas por esta tragedia, incluido el padre Gabriel Romanelli y los muchos niños de la parroquia.
La ayuda humanitaria es de vital importancia, ya que miles de personas continúan sin acceso a atención médica ni a recursos básicos.
La comunidad cristiana en Gaza está compuesta por unas 500 personas, incluyendo refugiados provenientes de otras parroquias y alrededor de 200 miembros de la Iglesia Ortodoxa Griega. La parroquia latina se ha convertido en un refugio esencial, proporcionando cobijo, medicamentos y apoyo no solo a los cristianos, sino también a miles de personas externas que carecen de lo más básico para sobrevivir.
