violencia en Siria

ACN llama a una intensa oración por Siria ante el aumento de la violencia y la incertidumbre

La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) expresa su profunda preocupación por la creciente violencia en Siria, especialmente en la región costera, donde cientos de civiles han sido víctimas de ataques indiscriminados. La situación ha generado un ambiente de miedo e incertidumbre, afectando también a las comunidades cristianas, que han sufrido enormemente en la última década.

Según fuentes en Latakia cercanas a ACN, que prefieren mantenerse en el anonimato por razones de seguridad, el pasado viernes fue descrito como «un día muy negro y doloroso» en las ciudades de Tartus, Banias, Jabla, Latakia y sus aldeas circundantes. Se reportaron «masacres contra muchos alauitas, a menudo de manera indiscriminada, en respuesta a una emboscada de algunos militantes alauitas que mataron a unos 20 miembros de las nuevas fuerzas de seguridad», informó una fuente.

«El número de víctimas es muy alto y triste; la mayoría eran civiles: más de 600 personas perdieron la vida, incluidos jóvenes, mujeres, médicos universitarios y farmacéuticos», declaró la misma fuente. «Algunas familias con sus hijos fueron asesinadas a sangre fría.»

Entre los fallecidos también había miembros de comunidades cristianas, como «un padre y su hijo de una iglesia evangélica en Latakia, quienes fueron detenidos en su automóvil y asesinados, así como el padre de un sacerdote en Banias».

Los informes indican que viviendas y vehículos fueron saqueados, afectando no solo a cristianos, sino a toda la población, lo que obligó a algunas familias a refugiarse en casas de amigos sunitas. En la aldea cristiana de Belma, «donde no hay armas y la mayoría de los residentes son ancianos, la población sufrió dos días de terror, con sus hogares invadidos y sus pertenencias robadas», afirmó la fuente.

Mientras tanto, el Vicariato Apostólico de la Comunidad Latina en Siria emitió un comunicado expresando su profunda preocupación por estos ataques contra civiles inocentes. En el documento, firmado por el obispo Mons. Hanna y fechado el 9 de marzo de 2025, se afirma:

«Nos unimos a la voz de toda persona honesta y patriótica en este país, enfatizando nuestro rechazo a todas las formas de violencia, venganza y represalias basadas en motivos sectarios y religiosos. Hacemos un llamado a las autoridades para que pongan fin a estos ataques de inmediato, pues van en contra de todos los valores humanos, morales y religiosos.»

El comunicado también menciona la promesa del presidente Ahmed Al-Sharaa de responsabilizar a quienes ataquen a la población civil y de implementar «las transiciones necesarias para llevar al país hacia la seguridad». Además, reitera el compromiso con la unidad territorial de Siria y rechaza cualquier intento de división del país.

Por su parte, en su homilía del Domingo de la Ortodoxia, pronunciada el 9 de marzo de 2025 en la Catedral Mariamita de Damasco, el patriarca Juan X también abordó la violencia en la región costera y envió un mensaje urgente al presidente Al-Sharaa:

«Los trágicos acontecimientos en la región costera de Siria han cobrado la vida de muchos civiles y miembros de las fuerzas de seguridad, dejando a muchos más heridos. Sin embargo, la mayoría de las víctimas no pertenecían a ningún grupo militante; eran civiles inocentes y desarmados, incluidas mujeres y niños. Se han violado la dignidad y los derechos de las personas, y los cánticos y consignas que se están utilizando propagan la división, fomentan el sectarismo y socavan la paz civil.»

También denunció la profanación de símbolos religiosos:

«El icono de la Virgen María ha sido destrozado, pisoteado y profanado. Ella es la Virgen María, a quien los musulmanes también honran, y a quien el Sagrado Corán dedica un capítulo entero—Surah Maryam—afirmando que Dios la escogió y la hizo la más honrada entre todas las mujeres del mundo.»

Dirigiéndose nuevamente al presidente Al-Sharaa, el patriarca instó a restaurar la seguridad y estabilidad para todos los sirios sin distinción, reafirmando su rechazo al sectarismo y llamando a la unidad nacional y la convivencia pacífica.

Más allá de esta crisis, la comunidad cristiana en Siria, junto con el resto de la población, enfrenta una creciente incertidumbre tras la toma del poder por parte de Hay’at Tahrir al-Sham (HTS), lo que ha intensificado aún más su vulnerabilidad en diversas regiones del país.

Ante esta tragedia, la presidenta ejecutiva de ACN, Regina Lynch, ha hecho un llamado a la oración:

«En estos momentos de dolor y sufrimiento, recurrimos a la única fuente verdadera de paz: la oración. Pedimos a todos los fieles que eleven sus voces al Señor, confiando en Su amor y poder para llevar consuelo a quienes más lo necesitan. Que Nuestra Señora de Siria proteja al pueblo de este país, que ha soportado demasiadas heridas en la última década. Ahora más que nunca, debemos orar por su sanación y futuro. Que la fe nos mantenga unidos, y que la esperanza en Cristo ilumine a esta nación sufriente.»

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