Diez años después de su creación, la Urbanización Hugo Chávez tendrá iglesia parroquial
Ciudad Chávez es un barrio en el municipio venezolano de Vargas, en la diócesis de La Guaira, a pocos kilómetros del aeropuerto internacional de Maiquetía. La urbanización se levantó en 2013 como parte de los proyectos del programa social del entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Se construyeron cerca de 6.000 apartamentos para más de 20.000 habitantes, dentro del programa gubernamental «Gran Misión Vivienda Venezuela».
Aunque la ciudad fue pensada como una nueva Nowa Huta, un lugar sin Dios, diez años después de su creación se inaugurará la primera iglesia. El gobierno venezolano ha hecho más de 35 grandes urbanismos populares de este tipo en el país, pero Ciudad Chávez es el primero que va a contar con una iglesia parroquial. “En esta urbanización no iba a estar presente Cristo. Se pensó así. Diez años después, Dios va a estar encarnado y viviendo entre nosotros”, asegura el obispo salesiano de La Guaira desde 2014, Mons. Raúl Biord, en una entrevista con la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
El obispo cita a Dostoievski: ‘ningún hombre puede vivir sin Dios, si no cree en Dios, se fabrica un ídolo para adorarlo’ y añade: “La creación de esta parroquia tiene un gran significado. No se puede sacar la religión de la vida del pueblo. El hombre no es solo materia, es cuerpo y alma. El materialismo puro empobrece al ser humano.”
En un país donde ha habido mucha tensión por parte del gobierno con la Iglesia, no han faltado dificultades. “Algunos pueden reprochar que hayamos hecho un proyecto que incluye el apoyo del gobierno, pero la comunidad lleva diez años celebrando la misa en las calles al aire libre. La gente del lugar quería tener un templo donde reunirse. Yo, como obispo, ante todo soy pastor y 20.000 almas no pueden quedarse sin alimento espiritual”, explica Mons. Biord a ACN, una de las organizaciones que ha apoyado la construcción.
La fe trasciende posiciones políticas
Algunos la llaman la nueva Nowa Huta, refiriéndose a la iglesia de Arka Pana (Arca de Dios), ejemplo de la resistencia del pueblo polaco contra la tiranía comunista en un esfuerzo por lograr la libertad religiosa liderado por Karol Wojtyla, el entonces cardenal de Cracovia y hoy san Juan Pablo II. ACN apoyó también este proyecto entre 1967 y 1977.
Sin embargo, aunque la creación de barrios sin la presencia de Iglesia recuerda al intento soviético, la historia de la parroquia de Ciudad Chávez es diferente. En Polonia, el gobierno soviético arremetió agresivamente y se opuso al proyecto, que tardó casi veinte años en realizarse, nueve de ellos tan sólo para conseguir el permiso de construcción. “Nosotros hemos tenido apoyo de muchas partes para hacer esto posible. La fe trasciende posiciones políticas y une personas que piensan distinto”, explica el obispo de La Guaira.
“Entre los representantes del gobierno, hay ateos, algunos militantes y otros menos, pero no todos son así, he encontrado también cristianos que viven su fe con convicción. En concreto, aquí no nos hemos encontrado obstáculos ni trabas, al revés, nos han apoyado mucho. Para mí, es un milagro que hayamos logrado la construcción del santuario en un periodo de tiempo tan breve. A pesar de las dificultades que hay en el país – la situación económica, la escasez de material, las posibles disparidades y problemas que podía haber provocado la construcción – en quince meses estaba acabado. Pensaba que íbamos a tardar muchísimo más. Ha sido un milagro de Dios el poder incluir a muchas personas de opiniones diferentes”, recalca Mons. Biord.
Primer santuario dedicado al beato José Gregorio Hernández
La iglesia parroquial que está dedicada a san Óscar Arnulfo Romero, obispo salvadoreño mártir, será también santuario diocesano, dedicado al beato venezolano José Gregorio Hernández, conocido como “el médico de los pobres”. Reliquias de ambos se depositarán en el altar. Siguiendo el ejemplo de estos dos testimonios de dedicación y servicio a los más necesitados y abandonados de la sociedad, la nueva parroquia dispondrá en la parte posterior de un comedor social y un centro de formación para crear comunidad. Una idea que el obispo considera muy importante en un país como Venezuela, “donde hay tanta división social comunitaria”.
Será el primer santuario construido desde cero dedicado a José Gregorio en el país, beatificado el 30 de abril de 2021 en Caracas. El santuario es de grandes dimensiones porque será lugar de acogida de peregrinos. En el lugar central del suelo de la iglesia se dibuja el sombrero típico del laico médico, uno de los elementos decorativos de la construcción, hechos todos por artistas locales. Los vitrales y las imágenes también están hechos por venezolanos. Un Jesucristo resucitado de tres metros y medio ocupa el lugar central de la iglesia, “para subrayar el cristo-centrismo, el sagrario simboliza el mundo entero abrazado por la cruz y la eucaristía en el medio”, resalta Mons. Biord.
106 niños en la catequesis
El proyecto de Ciudad Chávez se ha logrado gracias a los importantes apoyos del gobierno nacional y regional, de bienhechores privados, fundaciones como ACN y de la comunidad local, pues nada hubiera sido posible sin la implicación de los habitantes de la urbanización, que deseaban mucho este templo.
Muchos de los fieles se comprometieron desde el inicio con el proyecto, pidiendo con la oración constante para que se hiciera realidad. Y ya había una importante actividad pastoral, sin tener siquiera parroquia: “En agosto del 2022 se hicieron unas misiones de evangelización con 73 jóvenes de la pastoral diocesana. Ahora los 106 niños de la catequesis tendrán una linda iglesia para hacer su primera comunión y recibir la confirmación”, explica con alegría Mons. Biord.
“Es la primera iglesia parroquial construida en Venezuela en los urbanismos sociales gubernamentales. Está pensada como una edificación sólida que dure en el tiempo, pero también que ayude a la devoción popular y a la oración. Dedicada a Dios y construida por amor y con amor”. Puede resultar paradójico construir un templo en un país tan dañado por la crisis económica, pero el obispo explica: “La iglesia, el templo, es un lugar muy importante para nosotros los venezolanos. Es un lugar de reunión y encuentro comunitario. En un mundo secularizado, como el de Occidente, puede ser difícil que lo entiendan, pero aquí la gente necesita de este lugar de oración para fortalecer la fe y la esperanza. Además, el número de fieles está creciendo. El pueblo tiene hambre de Dios.”
“Durante mi episcopado se han construido nueve iglesias, algunas son muy pequeñas, pero todas ardientemente deseadas por las comunidades”, y añade con una nota de humor, “pueden parecer muchas, pero de hecho necesitamos construir tres o cuatro más, ayúdennos.”