Les rendirá homenaje en una ceremonia ecuménica en Roma, aunque por ahora no publicará sus nombres.
Una comisión vaticana integrada por historiadores, teólogos y expertos ha documentado más de 1.600 historias de hombres y mujeres que, en los últimos 25 años, perdieron la vida por defender su fe. La fundación pontificia ACN Ayuda a la Iglesia Necesitada apoyó esta investigación, pues coincide profundamente con su carisma. Este delicado trabajo completa el realizado por indicación de san Juan Pablo II para el Jubileo del año 2000.
El papa León XIV ha invitado a representantes de todas las confesiones cristianas a participar en una liturgia de la Palabra en la basílica de San Pablo Extramuros de Roma, el domingo 14 de septiembre, en homenaje a estos “testigos de la fe”.
La comisión trabaja desde julio de 2023, cuando el papa Francisco les pidió “recoger los testimonios de vida, hasta el derramamiento de sangre, de estas hermanas y hermanos nuestros para que su memoria sobresalga como un tesoro que custodia la comunidad cristiana”. Entonces aclaró que la búsqueda no solo involucraría a la Iglesia católica, “sino que se extenderá a todas las confesiones cristianas. Con todos ellos tenemos una gran deuda y no podemos olvidarlos”.
El presidente del grupo de trabajo, el arzobispo Fabio Fabene, afirmó al presentar los resultados:
“El martirio ha existido en todas las épocas de la Iglesia, pero quizá ahora, más que en el pasado, muchos renuncian a la vida para no traicionar el mensaje de Cristo”.
El número dos de la comisión, Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio, añadió:
“Se trata de un trabajo para recordarlos y que no se diluya su memoria ni se pierda el nombre de los caídos por la fe”.
Para elaborar la lista se solicitó ayuda a conferencias episcopales, institutos religiosos y diversas realidades eclesiales. También se recurrió a noticias verificadas de medios de comunicación. En un año y medio se identificaron y confirmaron 1.624 casos de cristianos asesinados entre 2000 y 2025: 643 en África subsahariana, 357 en Asia y Oceanía, 304 en América, 277 en Oriente Medio y el Magreb, y 43 en Europa.
Riccardi explicó que en América,
“muchos testigos de la fe han muerto a manos de organizaciones mafiosas, narcotraficantes o porque impedían la deforestación y la explotación de recursos naturales. La presencia del cristiano como persona honesta, respetuosa de la ley y del bien común, incomoda a quienes buscan promover actividades criminales”.
Añadió que en Asia y Oceanía la cifra incluye a más de 200 víctimas de los atentados del Domingo de Pascua de 2019 en Sri Lanka, mientras que en África la mayoría murió a manos de yihadistas o en conflictos de base étnico-política.
Aunque la comisión ha decidido no publicar los nombres “hasta que sea prudente”, sí mencionó algunos casos:
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Los siete religiosos anglicanos de la Melanesian Brotherhood asesinados en 2003 en las Islas Salomón.
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El sacerdote caldeo Ragheed Ganni, asesinado en Mosul el 3 de junio de 2007 por terroristas del Estado Islámico.
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Abish Masih, un niño de 10 años muerto en 2015 en un atentado en Yohannabad (Pakistán).
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Los 21 mártires coptos asesinados en febrero de 2015 en Libia, incluidos en el martirologio romano por el papa Francisco.
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Las cuatro Misioneras de la Caridad asesinadas en Adén (Yemen) en 2016.
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Paul McAuley, hermano de La Salle, hallado muerto en la Amazonía peruana en 2019, donde defendía a los indígenas y el medioambiente.
Según Riccardi:
“El trabajo de esta comisión y la ceremonia ecuménica del 14 de septiembre muestran que nuestra Iglesia es una Iglesia mártir, y que estos hombres y mujeres tienen mucho que enseñarnos. Somos contemporáneos de estas personas a las que podríamos haber conocido en vida. La Iglesia vive la memoria de los mártires no como un momento de dolor, sino como esperanza para el futuro”.
La presidenta ejecutiva de ACN, Regina Lynch, subrayó:
“Estos datos corroboran la experiencia de nuestro trabajo con las Iglesias locales, donde ACN apoya a comunidades bajo constantes amenazas existenciales. Estamos orgullosos de acompañar a estos cristianos y agradecidos de aprender de su testimonio, que fortalece nuestra fe y la de nuestros benefactores cada día”.
Cuando creó la comisión en 2023, el papa Francisco ya había advertido:
“Los cristianos siguen mostrando, en contextos de gran riesgo, la vitalidad del Bautismo que nos une. Muchos, conscientes del peligro, manifiestan su fe y participan en la eucaristía dominical. Otros mueren por ayudar a los pobres, por cuidar a los descartados, por promover la paz y el perdón. Otros son víctimas silenciosas, individuales o colectivas, de los avatares de la historia”.
La ceremonia ecuménica coincide con la fiesta litúrgica de la Exaltación de la Santa Cruz, el 14 de septiembre, y contará con la presencia de Regina Lynch.
