Sacerdote secuestrado en Nigeria

“Me dieron una paliza brutal, pero, gracias a Dios, he sobrevivido”: testimonio de un sacerdote secuestrado en Nigeria

Un sacerdote católico ha compartido el dramático testimonio de su secuestro en Nigeria a manos de extremistas armados. Permaneció cautivo durante 51 días y estuvo a punto de perder un ojo.

El padre Alphonsus Afina fue secuestrado el 1 de junio de 2025 por militantes islamistas de Boko Haram. Fue brutalmente golpeado, le robaron sus pertenencias y quemaron su vehículo. Luego fue retenido, junto a otros sobrevivientes, en una remota zona montañosa. Fue liberado el 21 de julio y trasladado de inmediato a su diócesis en Maiduguri para recibir atención médica.

El padre Afina relató su experiencia a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). Iba en automóvil desde Mubi hacia Maiduguri para participar en un taller, acompañado por dos miembros de su equipo. Poco después de pasar un puesto de control militar en Limankara, estalló un artefacto explosivo cerca de ellos y comenzaron los disparos.

“Unos hombres armados salieron de entre los arbustos y nos dispararon. En la confusión, abandoné mi vehículo y eché a correr”, relata.

Mientras la gente huía en todas direcciones, él y sus acompañantes intentaron regresar al puesto de control. Sin embargo, fueron perseguidos por los atacantes en motocicleta.

“Uno de ellos me apuntó con un arma y me ordenó detenerme. Levanté las manos en señal de rendición”.

Los yihadistas le confiscaron sus teléfonos, lo obligaron a desbloquearlos, y también le quitaron su reloj y el dinero en efectivo. Luego, lo colocaron entre dos hombres armados en una motocicleta y lo llevaron de regreso a su vehículo, que saquearon por completo. Robaron su equipaje, un set de misa, un misal y tres computadoras portátiles con sus accesorios, todos propiedad de la Iglesia.

“Comenzaron a golpearme. Sufrí una lesión en un ojo; la sangre me caía por la cara y el hombro. El ojo permaneció inflamado y supurando durante tres semanas”, recuerda el sacerdote.

Lo obligaron a subir nuevamente a su automóvil y partieron en un convoy con otros tres vehículos llenos de cautivos. Al pie de la montaña de Gwoza, se produjo otro enfrentamiento entre los yihadistas y el ejército nigeriano. Los captores obligaron a los 14 prisioneros, entre ellos el padre Afina, a descender de los vehículos, que luego incendiaron. Los obligaron a continuar a pie montaña arriba. Algunos cautivos lograron escapar o fueron asesinados; uno de ellos era miembro del equipo del sacerdote.

Durante el cautiverio, Afina compartió una pequeña habitación con otros cuatro prisioneros, siempre bajo vigilancia armada. Tres semanas después del secuestro, el lugar fue atacado por fuerzas militares con artillería y bombardeos aéreos.

“Desde ese momento me cuesta dormir, temía que me mataran. Y ese miedo persiste hasta hoy, mientras escribo estas líneas”, confiesa.

Tras su liberación, fue llevado al hospital por sus compañeros de la diócesis. Además del tratamiento médico para diversas dolencias, espera una cirugía para reparar el daño ocular.

El padre Afina expresa su profunda gratitud por las oraciones y los esfuerzos realizados para lograr su liberación:

“Sentí el efecto de las oraciones que se elevaron por mí desde todo el mundo. Creo que eso influyó en el cambio de actitud de los hombres armados de Jama’at Ahl Sunna li Da’awa wal Jihad (Boko Haram). Estoy profundamente agradecido con Dios por haber salvado mi vida”.

ACN continúa apoyando a la Iglesia en esta región de Nigeria, a través de proyectos pastorales, asistencia a víctimas, acompañamiento psicológico y reconstrucción de comunidades afectadas por la violencia.

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