Mientras guerras interminables desfiguran el rostro de la tierra, representantes de congregaciones femeninas de todo el mundo lanzan un llamado a la oración y al ayuno, pidiendo, por intercesión de la Virgen María, la paz entre los hombres. ACN se suma a esta iniciativa.
La fundación pontificia internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) se une a la propuesta de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) para celebrar una jornada de oración y ayuno por la paz en el mundo este 14 de agosto, víspera de la fiesta de la Asunción de la Virgen.
La UISG es una organización que agrupa a las superioras generales de congregaciones religiosas femeninas. Con este llamado busca dirigir la atención del mundo hacia los numerosos conflictos que lo afectan, como los de Ucrania, Gaza, Sudán, Myanmar y muchos otros lugares.
“No podemos presenciar todo esto como espectadores silenciosos. Todos los días vemos rostros marcados por el dolor, vidas destruidas, pueblos —especialmente mujeres y niños— privados de dignidad y paz”, señalan las religiosas.
La fecha de la iniciativa se ha elegido de forma especial para invocar la intercesión de la Virgen en la víspera de una importante fiesta mariana. “Encomendémonos a ella para que responda con ternura a los gritos de los pueblos y nos enseñe a ser una presencia humilde y profética en los lugares de sufrimiento”, expresa la UISG.
“En todos los conflictos, las mujeres y los niños son marginados y, a menudo, quienes más sufren. Las religiosas suelen estar en primera línea de las guerras, ayudando a los inocentes como pueden, sin pensar en su propia seguridad. Por eso resulta muy lógico que este grupo de mujeres encabece la denuncia de la guerra y llame a la paz y la reconciliación. ACN se complace en sumar su voz a las muchas que están respondiendo a este valiente llamado”, afirma Regina Lynch, presidenta ejecutiva de ACN International.
“María es la Reina de la Paz. Recemos para que toque el corazón de los líderes de todo el mundo y para que anhelen la paz de su Hijo, Jesucristo. En la festividad de la Asunción recordamos que hay una mujer, en cuerpo y alma, junto a Nuestro Señor. No cabe duda de que la Virgen se compadecerá del dolor y la angustia que muchas religiosas presencian e intercederá para que cesen los conflictos”, concluye Lynch.