Padre Hugo Alaniz Alepo

El padre Hugo Alaniz relata desde Alepo una noche de explosiones y miedo: “La gente tiene mucho temor, no sabemos qué va a pasar”

Una noche bajo fuego en Alepo

En medio de una nueva ola de combates, el sacerdote argentino describe horas de angustia en Alepo, donde su parroquia vuelve a convertirse en refugio para decenas de familias que buscan protección.

Con el sonido de fondo de fuertes explosiones de armamento pesado, el padre Hugo Alaniz, misionero en Alepo desde hace más de una década, relató a la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) una de las jornadas más difíciles que ha vivido la comunidad cristiana de la ciudad en los últimos meses.

“Hasta las tres de la mañana hubo enfrentamientos intensos, se oían explosiones por todos lados. Ahora la situación está algo más calmada, pero la gente tiene mucho miedo. Hemos estado recibiendo familias en el sótano de nuestra iglesia, el mismo lugar donde hacemos las actividades comunitarias”,
— contó el sacerdote en un mensaje enviado a ACN, organización católica internacional con la que mantiene frecuente contacto.

Elecciones en medio de la tensión

El lunes 6 de octubre, Siria celebró elecciones parlamentarias, las primeras desde la caída del régimen de Bashar al-Assad, en un contexto de tensiones entre las autoridades centrales y las zonas del norte, donde operan fuerzas kurdas que buscan mantener su autonomía.

Los combates entre ambas fracciones se están desarrollando directamente en áreas de la ciudad de Alepo, donde dos barrios ya están administrados por fuerzas kurdas. Las repercusiones se sienten con fuerza entre la población civil, que teme una nueva ola de violencia.

“Hoy los colegios han permanecido cerrados debido a la incertidumbre”, confirmó el sacerdote.

Una iglesia convertida en refugio

El padre Hugo, miembro del Instituto del Verbo Encarnado (IVE) y párroco de Nuestra Señora de la Asunción, está al frente de la atención pastoral y humanitaria de cientos de familias afectadas por la guerra y por la crisis económica que persiste tras años de asedio.

Su iglesia se ha convertido, una vez más, en un refugio improvisado para los vecinos que buscan protección ante los ataques y bombardeos.

“Dos misiles han caído cerca de nosotros, uno a trescientos metros de nuestra iglesia. También en la otra parte de la ciudad, cerca del obispado latino, han caído misiles”, relató el sacerdote con preocupación.

Durante el día ya se había percibido una tensión creciente, explicó a ACN:

“Había mucho movimiento de gente, desplazamientos internos; las calles ahora están semivacías”.

Fe y esperanza en medio del miedo

Alepo, considerada durante siglos el corazón económico y cultural de Siria, sigue siendo una de las ciudades más golpeadas por el conflicto. La reconstrucción avanza lentamente y las heridas de la guerra aún son visibles en los barrios del este y del norte.

El padre Hugo asegura que su misión, junto con otros sacerdotes y religiosas, es “estar cerca de la gente, consolar, escuchar y ayudar en lo que se pueda”.

“Lo único que pedimos es que recen por nosotros. En un día como hoy, fiesta de Nuestra Señora del Santo Rosario, en la que el Papa ha pedido que recemos el rosario por la paz, no se olviden de Siria”, concluyó el sacerdote.

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