Padre Gabriel Romanelli Gaza

Padre Romanelli, sacerdote en Gaza: «Un día más de guerra no resolverá la situación, solo la empeorará»

El padre Gabriel Romanelli comenta que convivir con 500 personas en un espacio tan reducido no es fácil, pero los cristianos de Gaza se consideran afortunados por haber sobrevivido hasta ahora y poder brindar ayuda a miles de familias en la región.

El párroco de la Iglesia de la Sagrada Familia en Gaza, padre Gabriel Romanelli, hizo un nuevo y desesperado llamado por la paz en esta región devastada por la guerra. Señaló que la reanudación de los combates entre Israel y Hamás solo agrava la situación para la población civil y aumenta la tensión en Tierra Santa.

El sacerdote argentino, miembro del Instituto del Verbo Encarnado y con varios años de servicio en Gaza, expresó su dolor por los niños que han perdido la vida en el conflicto:
“Recientemente, el número de niños fallecidos en esta guerra superó los 17 mil. ¡Más de 17 mil! Es terrible. Hemos tenido más de 50 mil muertos y más de 110 mil heridos, muchos de ellos con amputaciones”.

“Un día más de guerra no resolverá la situación, solo la empeorará”, afirmó el sacerdote en un mensaje en video enviado a ACN con motivo del Jubileo de los Cristianos Perseguidos, celebrado por la fundación en la diócesis de Oporto (Portugal), el último fin de semana de marzo.

Desde el recinto de la parroquia de la Sagrada Familia en Gaza, el padre Romanelli pidió a los benefactores y amigos de ACN que “recen, recen a Nuestra Señora, a la Virgen de Fátima, por quien tenemos una gran devoción y, a petición suya, rezamos el rosario cada día junto a los niños y adultos, ante el Santísimo Sacramento”. Desde que comenzó la guerra, en octubre de 2023, unas 500 personas —en su mayoría católicas, aunque también hay familias ortodoxas y musulmanas— viven refugiadas en la parroquia.

“Dios quiera que pronto llegue una verdadera paz, que esta guerra termine”, añadió el sacerdote, manifestando su esperanza de que todos los rehenes judíos y los prisioneros palestinos sean liberados lo antes posible, conforme al plan de alto el fuego.

“La situación en Gaza es de extrema pobreza”

La vida en Gaza, relata el padre Romanelli, es desgarradora:
“Necesitamos ayuda humanitaria para los más de dos millones de personas que viven aquí y que, en su mayoría, lo han perdido todo: sus hogares, sus lugares de trabajo, las escuelas de sus hijos, sus pertenencias. Muchos están desesperados. Para la mayoría de la población, la vida es de miseria, y esa tensión se siente en toda Tierra Santa”.

Aunque los cristianos son una minoría muy pequeña en Gaza —y los católicos, aún más dentro de esa comunidad mayoritariamente ortodoxa—, la Iglesia católica ha tenido un rol destacado en brindar ayuda a la población.
“Gracias a la Iglesia hemos podido asistir a miles de familias, asegurando que la ayuda llegue a quienes realmente la necesitan, porque la situación aquí es de pobreza extrema”.

Después de más de un año de guerra, Israel y Hamás habían alcanzado un acuerdo de alto el fuego que permitió la liberación de rehenes a cambio de prisioneros palestinos. Sin embargo, ese alto el fuego se ha roto y actualmente se llevan a cabo negociaciones para establecer uno nuevo. El padre Romanelli explicó en su mensaje a ACN que la comunidad cristiana —dividida entre la parroquia de la Sagrada Familia y el recinto ortodoxo cercano— se encuentra bien, aunque vive constantemente bajo amenaza.
“Quienes tuvieron la oportunidad de marcharse ya lo han hecho”, afirmó. “Algunos desean irse, otros no. Muchos quieren quedarse porque nacieron aquí, esta es su tierra, y se reconocen como descendientes de los primeros cristianos, lo cual efectivamente son, como todos los cristianos de Tierra Santa”.

Ni siquiera los recintos cristianos han quedado al margen del conflicto. Francotiradores dispararon contra dos mujeres refugiadas en la parroquia católica y 18 personas murieron cuando el complejo ortodoxo fue alcanzado en un ataque aéreo que, según Israel, tenía como objetivo un centro de comando de Hamás. Además, al menos otros 11 cristianos han fallecido por falta de atención médica adecuada. Muchas escuelas han sido destruidas.

En este ambiente de miedo constante, la vida dentro del recinto católico puede ser incómoda:
“Vivir en un espacio tan reducido con 500 personas no es fácil”, dice el padre Romanelli, “pero a pesar de todo, nos consideramos afortunados. Aquí decimos que vivimos con Jesús, en su casa. Y, a pesar de las dificultades, no solo hemos logrado sobrevivir, sino también ayudar a miles de familias con alimentos, agua y medicamentos. Sin embargo, todo esto es limitado, ya que durante las últimas semanas las fronteras han estado cerradas a la entrada de ayuda humanitaria”.

El Patriarcado Latino de Jerusalén, principal socio de ACN en Tierra Santa, continúa brindando todo el apoyo posible, no solo a la población cristiana de Gaza, sino también a toda la población civil.

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