Mons. Jude Arogundade, obispo de Ondo: «Esperamos que todas las personas de buena voluntad se unan a nosotros y nos apoyen en las oraciones»
ACN.- En el primer aniversario del atentado del domingo de Pentecostés de 2022 en una iglesia de Nigeria, el obispo de la diócesis donde tuvo lugar la matanza ha afirmado que los males del terrorismo pueden dejar cicatrices en las personas para toda la vida.
Mons. Jude Arogundade, obispo de Ondo, ha declarado a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) que los extremistas que mataron a 41 personas e hirieron a más de 80 en la iglesia católica de San Francisco Javier de Owo, en el suroeste de Nigeria, el 5 de junio del año pasado, siguen en libertad. En ataque, ocurrido el 5 de junio de 2022, se produjeron varias explosiones mientras varios hombres armados, disfrazados de fieles, abrieron fuego en el interior de la iglesia, abarrotada durante la misa de la fiesta de Pentecostés.
Monseñor Arogundade ha hecho un llamamiento a «reflexionar sobriamente sobre hasta dónde estamos dispuestos a llegar para proteger la vida humana y su dignidad y santidad como nación». El obispo ha subrayado que la gente suele decir que «el tiempo cura y que debemos seguir adelante haciendo que la memoria de las víctimas pase a la historia», pero es importante conmemorar el aniversario de la masacre «recordando al mundo la maldad del terrorismo y los efectos a largo plazo que tiene sobre las personas».
A pesar de que, un año después, nadie ha comparecido ante la justicia, el obispo mantiene su compromiso de instar a quienes ocupan puestos de poder a que tomen las medidas necesarias para evitar tragedias similares.
Según el padre Michael Abugan, párroco de San Francisco Javier, la comunidad no estará en paz hasta que los culpables comparezcan ante la justicia. El padre Michael ha asegurado a ACN: «No queremos creer que se denegará la justicia. Esperamos y sabemos que algún día el gobierno hará lo necesario para llevar a los autores ante la justicia».
Monseñor Arogundade teme que todas las familias directamente afectadas por la tragedia «lleven las cicatrices durante mucho tiempo». Y subraya, «Este aniversario nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre lo que hemos hecho hasta ahora y sobre qué más podemos hacer para aliviar a quienes siguen sufriendo y ayudarles a vivir con su dolor y su trauma».
El prelado concluye en sus declaraciones a ACN: «Esperamos que todas las personas de buena voluntad se unan a nosotros y nos apoyen en las oraciones para consolar a una Iglesia en duelo. Aún nos queda mucho por hacer para consolar a las víctimas. Cualquier apoyo que recibamos nos ayudará a cubrir muchas de nuestras necesidades.»