ACN ha respaldado la construcción de una nueva planta en el jardín de infancia de Enishke, que beneficia a los niños del Kurdistán iraquí, y esto ha permitido ampliar su capacidad para acoger a más pequeños de familias pertenecientes a aldeas cercanas, incluyendo comunidades kurdas y yazidíes. Esta iniciativa busca sembrar las bases de paz y fraternidad para las generaciones futuras.
La aldea de Enishke está en la diócesis de Dohuk, en una región montañosa en el Kurdistán iraquí, situada al norte del país cerca de la frontera con Turquía. Familias cristianas, kurdas y yazidíes viven en los numerosos asentamientos alrededor de Enishke, luchando por sobrevivir en un entorno de dificultades económicas, inestabilidad política e inseguridad persistente.
La falta de recursos y de inversión por parte de los gobiernos regionales o federales provocó que durante las visitas que hacía el padre Samir Yousif, sacerdote católico caldeo, a las comunidades locales se encontrara a menudo con niños pequeños privados de oportunidades y de un entorno saludable para crecer. “Cuando visitaba a las familias en el pasado, encontraba a los niños encerrados en sus casas”, ha explicado a la Fundación Pontificia Internacional ACN, por sus siglas en inglés.
En 2013, el padre Samir abrió un pequeño jardín de infancia en Enishke que acogía hasta 16 niños. Lo que el sacerdote no sabía en ese momento era que la situación social estaba a punto de cambiar: la organización terrorista ISIS tomaría, en agosto de 2014, el control de gran parte del territorio cercano, enviando una oleada de fugitivos cristianos, yazidíes y musulmanes moderados hacia el Kurdistán iraquí.
Después de la expulsión de ISIS, se dio cuenta de que había mucho más por hacer y decidió construir un nuevo piso para el jardín de infancia, permitiendo así ampliar sus servicios: “Nuestro objetivo es crear una generación educada, consciente y abierta, y fomentar la convivencia pacífica entre niños cristianos, kurdos y yazidíes”, ha dicho el padre Samir. ACN ha sido una de las organizaciones que ha apoyado este proyecto como parte de su plan global de ayuda a los cristianos de Irak con el fin de superar la tragedia provocada por la invasión de ISIS y posibilitar que continúen viviendo en sus tierras de origen.
En julio, el obispo católico caldeo de Dohuk viajó a Enishke para inaugurar el proyecto completado, que ahora puede recibir hasta 100 niños, beneficiando directamente a alrededor de 90 familias. Durante el evento, Monseñor Azad Shaba expresó su esperanza de que el proyecto patrocinado por ACN pueda servir a toda la sociedad iraquí y no solo a las familias cristianas: “Aplaudimos la apertura de este jardín de infancia, gracias a los esfuerzos del sacerdote y los maestros de esta localidad. Alentamos a que también esté abierto a todos nuestros hermanos musulmanes de la región, porque eso refleja las enseñanzas de Cristo. Nuestro objetivo es ayudar a las personas necesitadas, eso no es solo construir edificios, sino formar personas que desempeñarán un papel en la construcción de una futura sociedad cristiana”, afirmó el obispo.
Además de permitir que las familias envíen a sus hijos al jardín de infancia, este proyecto ha generado múltiples puestos de trabajo para la población local, lo que también beneficia a sus familias. El padre Samir comentó a ACN que, desde su apertura, decenas de niños se han graduado del jardín de infantes y han continuado su educación en otras escuelas, donde han recibido elogios por sus habilidades académicas.
«Apoyados por nuestro obispo, siempre nos enfocamos en valorar cada etapa de la vida de una persona, pero la infancia y los hijos son lo más importante. Hay un refrán que dice: ‘Para tener un futuro, no basta solo con tener hijos’; debemos criarlos y educarlos. El mejor momento para esto es durante la infancia, puesto que también se dice que ‘lo que se graba en la infancia es como si se grabara en piedra’», expresó el padre Samir.
La nueva planta del jardín de infancia en la aldea de Enishke se inauguró en julio de 2024 e incluye tres aulas, un área para jugar, grande y bien equipada, una cocina y aseos. “Está muy bien construida y es segura para nuestros niños. Estamos muy agradecidos a ACN y a todos los benefactores. Que Dios les bendiga”, expresó el padre Samir.