Más de un año después del comienzo de la guerra, el Papa Francisco sigue llamando a diario por teléfono a la parroquia de Gaza, donde los niños lo ven “como a un abuelo”, afirma el cardenal Pierbattista Pizzaballa. El patriarcado latino de Jerusalén sigue haciendo todo lo que está en sus manos para apoyar a la pequeña comunidad cristiana y con ella los niños de Gaza, así como a las familias musulmanas que viven cerca de los recintos católico y ortodoxo del territorio.
Durante una rueda de prensa organizada por la Fundación Pontificia Internacional ACN a principios de diciembre, el patriarca latino, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, afirmó que los cristianos de Gaza, y especialmente los niños, celebrarán la Navidad a pesar de la guerra en curso. “Intentarán vivir la Navidad lo mejor que puedan, a pesar de las pésimas circunstancias”, dijo el patriarca.
Actualmente viven poco más de 450 personas en el recinto católico de la parroquia de la Sagrada Familia, más otras 200 en el recinto ortodoxo. Las condiciones son muy precarias, ha explicado el patriarca, pero, al menos, “están juntos”, por lo que celebrarán la Navidad como una comunidad. En 2023 las Iglesias cristianas de Tierra Santa pidieron a sus fieles que se abstuvieran de celebrar grandes fiestas debido al sufrimiento y dolor causados por la guerra, pero respecto a este año, el cardenal Pizzaballa ha asegurado que “la Navidad será lo más normal posible, en la medida en que lo permitan las circunstancias. Habrá mejor comida y, por supuesto, oración, y también algo para los niños”.
“La Navidad es la fiesta de los niños y, si podemos, les haremos llegar no sólo comida, sino también algunos juguetes o algo que pueda marcar la diferencia en su vida cotidiana. Eso también será una alegría para las familias”, ha añadido, recordando que este es el segundo año en que los niños gazatíes no han ido a la escuela, y que no se vislumbra una vuelta a la normalidad.
En el resto de Tierra Santa “todas las actividades relacionadas con las celebraciones navideñas se realizarán en solidaridad con las personas más afectadas sobre todo de Gaza, pero también de Cisjordania”. “El patriarcado latino está muy implicado en la ayuda humanitaria a Gaza y Cisjordania, gracias, entre otros, al apoyo de ACN. Estamos en condiciones de introducir alimentos no sólo para nuestra comunidad, sino para 4.000 familias. Este apoyo humanitario no está motivado sólo por la fiesta de la Navidad, sino por nuestra identidad como Iglesia. No podemos ser Iglesia y hablar de Jesús y de amar al prójimo si no lo traducimos a hechos”.
La entrada de ayuda humanitaria en Gaza ha estado precedida y es fruto de una labor muy difícil, llena de negociaciones y de “tozudez”, asegura el patriarca. “Introducir alimentos y bienes humanitarios en el norte de Gaza no es fácil, hay que coordinarse con mucha gente a ambos lados de la frontera”, ha dicho.“No obstante, nos hemos empecinado en ello y nos ha llevado mucho tiempo, pero ahora disponemos de algunos canales. También tenemos una ventaja, pues allí hay una comunidad que participa en la distribución. Eso crea un buen ambiente, porque les da algo por lo que luchar: están ahí para ayudar a los demás y para crear una red entre todas las familias, y no sólo entre los cristianos”.
El Papa: como un ‘abuelo’ para los niños gazatíes
El papa Francisco se preocupa mucho por la guerra en Tierra Santa y ha llamado en repetidas ocasiones a la paz. Además, mantiene un contacto diario con la parroquia católica de Gaza. El patriarca Pizzaballa ha indicado que los niños del recinto de la Sagrada Familia se han acostumbrado tanto a sus llamadas telefónicas, que ya lo consideran como de la familia: «El Papa sigue llamando todos los días a las siete de la tarde; ya se ha vuelto una costumbre”, dice Pizzaballa. “A veces habla solo medio minuto, otros días un poco más, o a veces menos, pero lo cierto es que se ha convertido en un ‘abuelo’ para los niños, que ya saben que es él quien les llama.» Para la comunidad de Gaza eso supone un gran apoyo psicológico, emocional y espiritual”, ha asegurado el patriarca.