Un misionero local afirma que los cristianos fueron separados de sus vecinos musulmanes y masacrados a sangre fría
El viernes 15 de septiembre, terroristas afines al Estado Islámico asesinaron brutalmente a un grupo de al menos once cristianos en el norte de Mozambique. Según el informe proporcionado a la fundación internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) por fray Boaventura, un misionero local, , estos asesinatos ocurrieron en la aldea de Naquitengue, cerca de Mocimboa da Praia, en la provincia de Cabo Delgado.
Desde 2017, esta región ha estado siendo objeto de repetidos ataques perpetrados por fundamentalistas islámicos.
Según fray Boaventura, los terroristas llegaron a Naquitengue a primera hora de la tarde y reunieron a todos los habitantes de la aldea. Luego, procedieron a separar a los cristianos de los musulmanes, al parecer basándose en sus nombres y origen étnico.
“Sin previo aviso, abrieron fuego contra los cristianos y los acribillaron a balazos”, afirmó el misionero en el norte de Mozambique. Este grupo terrorista local, que profesa lealtad al Estado Islámico, anunció en un comunicado que habían asesinado a 11 cristianos en este ataque. “Sin embargo, se teme que el número real de víctimas podría ser mayor, y también hay heridos graves”.
Fray Boaventura, perteneciente a la orden de los Hermanos Pobres de Jesucristo, destacó que no es la primera vez que se emplea este método atroz. “El ataque ha sembrado el pánico en toda la región”, señaló el misionero.
Los atentados se produjeron en un momento en el que “muchas personas ya estaban retornando a sus comunidades”, generando nuevos “episodios de tensión e incertidumbre”.
“Tenemos que rezar por nuestros hermanos, quienes soportan un sufrimiento inmenso”, pidió fray Boaventuraa ACN. La religiosa Aparecida Ramos Queiroz, que trabaja para la diócesis de Pemba, se sumó a este llamamiento y, en conversación con la fundación pontificia, subrayó que “en estos tiempos, sólo la oración puede sostenernos porque este conflicto parece no tener fin”.
Los ataques en Cabo Delgado y en la vecina provincia de Niassa han provocado el desplazamiento interno de casi un millón de habitantesy el brutal asesinato de unas cinco mil de personas, según monseñor António Juliasse, obispo de Pemba.
En un reciente mensaje dirigido a los participantes en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, el obispo instó a no olvidar a los cristianos de Cabo Delgado: “En Cabo Delgado se está librando una guerra de la que no se habla en el mundo. Entretanto. Vuestra solidaridad con Cabo Delgado contribuye a aliviar el sufrimiento inmediato de este pueblo en medio de su profunda necesidad”, concluyó su mensaje el obispo.