Misioneras del Corazón Inmaculado de María

Instalación eléctrica solar y máquinas de coser para un centro social, a cargo de las Misioneras del Corazón Inmaculado de María

Los paneles solares y máquinas de coser que, gracias a su ayuda, ya han llegado a Lisala, en el norte de la República Democrática del Congo, han dado pie a una gran alegría. Las Misioneras del Corazón Inmaculado de María dirigen allí un centro que atiende a personas discapacitadas y a madres jóvenes solteras. El centro, que existe desde 1976, fue saqueado a fondo en 1997 durante la guerra y, hasta hace poco, carecía de electricidad y su capacidad era muy limitada.

Las jóvenes madres y las personas con discapacidad pueden aprender allí a coser para ganarse el sustento y, además, el centro ofrece atención médica a los discapacitados. Sin embargo, sin electricidad, todo era muy difícil. Por este motivo, nuestros benefactores donaron 12.500 euros para ayudarlas.

 “¡Por fin hay luz!”, dicen todos contentos. Además, también había muy pocas máquinas de coser, por lo que entre tres y cinco personas tenían que compartir una.

 La Hna. Jeannette y la Hna. Anastasie nos escriben:

“Con el corazón rebosante de una indescriptible alegría les damos las gracias por no ignorar nuestro grito de socorro en nombre de las personas vulnerables.

Queremos manifestar nuestro más sincero agradecimiento a todos aquellos que han contribuido de alguna manera a que nuestras llamadas de auxilio para el Pueblo de Dios de la diócesis de Lisala, donde trabajamos, hayan sido escuchadas, y a que los beneficiados vuelvan a sonreír”.

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