20 jóvenes varones de la diócesis de Bokungu-Ikela se preparan actualmente para el sacerdocio en varios seminarios mayores de la República Democrática del Congo. Su diócesis, que con sus 40.000 km² es casi tan grande como Suiza u Holanda, al tiempo que tiene algo menos de un millón de habitantes, está situada en plena selva tropical, en una zona muy pobre que ha sido escenario de varios conflictos armados. La diócesis no dispone de un seminario mayor propio, por lo que los futuros sacerdotes tienen que recorrer cientos de kilómetros en barco y en moto para desplazarse a sus respectivos lugares de estudio.
Sin embargo, la diócesis tiene que pagar la formación y la manutención de los jóvenes, sus gastos de viaje y todo lo que necesitan, pues sus familias sólo pueden aportar muy poco o nada. Esto supone un enorme reto, pero, no obstante, el obispo Toussaint Iluku Bolumbu, que está encantado con el elevado número de vocaciones, nos dice: «Con este elevado número de jóvenes en formación, nuestra diócesis tendrá muchos obreros en la mies del Señor en los próximos años».
Los seminaristas de Bokungu-Ikela nos escribieron el año pasado una carta porque necesitaban libros -biblias, breviarios, catecismos y literatura teológica-, para lo que nos pedían ayuda: «Atravesamos grandes dificultades económicas en nuestros estudios porque casi todos pertenecemos a familias pobres. Por eso dirigimos esta petición a todas las personas de buena voluntad para que nos ayuden a conseguir la literatura litúrgica y académica necesaria para profundizar en nuestra formación. Les rogamos consideren favorablemente nuestra petición. Fraternalmente unidos a ustedes en Cristo».
Nuestros benefactores no quedaron impasibles ante esta petición, respaldada expresamente por el obispo de la diócesis, y donaron 15.300 euros. Entretanto, ya han llegado al seminario varias cajas llenas de libros. ¡La alegría ha sido inmensa! En nombre de todos sus compañeros, el seminarista Léonhard nos escribe: «Estamos muy agradecidos por lo que han hecho por nosotros. Les damos las gracias de todo corazón por este gesto de caridad hacia nosotros, y pedimos al Señor que les conceda todas las gracias que necesiten».