El cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, se ha reunido, el miércoles 17 de julio, con una delegación de la Fundación Pontificia Internacional ACN en Jerusalén y ha expresado su gratitud por la ayuda recibida. La situación en Tierra Santa continúa siendo dramática, sin perspectivas de mejora a corto plazo. En este contexto, el Patriarca Latino de Jerusalén, el cardenal Pizzaballa, ha pedido a los cristianos que se tomen un descanso de las discusiones políticas y recen unidos.
En un encuentro con una delegación de ACN, que está visitando Tierra Santa del 15 al 19 de julio para mostrar su solidaridad con los cristianos de la región y acompañar los proyectos de ayuda a la Iglesia local, el Patriarca explicó que la situación “está tan polarizada que, si estás cerca de los palestinos, los israelíes se sienten traicionados y viceversa. Cuando hablo del sufrimiento de Gaza, los católicos hebreos me hablan de las zonas afectadas por los atentados del 7 de octubre y, por otro lado, los palestinos sólo piensan en Gaza. Todos quieren tener el monopolio del sufrimiento».
El Patriarcado Latino de Jerusalén está dividido en seis vicariatos: Jordania, Israel, Chipre y Palestina -incluyendo Cisjordania y Gaza. Además, hay dos vicariatos: uno para los católicos de habla hebrea, formado por unas 1.000 personas, y otro para los migrantes y solicitantes de asilo, que suman decenas de miles.
«Tenemos católicos del vicariato hebreo sirviendo en el ejército en Gaza, y católicos siendo bombardeados en Gaza. No es fácil», subrayó el Patriarca durante el encuentro. «Debemos dejar la política a un lado, reunirnos, rezar juntos”, añade. “Ahora, que las heridas están sangrando, no es el momento para hablar de política. Reconocer el sufrimiento del otro no es tan sencillo cuando uno está sufriendo», afirma el Patriarca.
La solución, según el cardenal Pizzaballa, no consiste en una falsa neutralidad, pero al mismo tiempo, es importante que la Iglesia no se vea arrastrada por el conflicto: «Me siguen diciendo que tengo que ser neutral. Acompáñame a Gaza, habla con mi gente que lo perdió todo, y luego dime que sea neutral. Eso no funciona. Pero no podemos convertirnos en parte del choque político, ni militar, ni de la confrontación”, explica el cardenal. Añade: “Nuestra presencia debe ser una presencia constructiva, pero no es sencillo encontrar el camino correcto».
El Patriarcado está haciendo todo lo posible para ayudar a la pequeña comunidad cristiana de Gaza, pero la situación es tan inestable que esto resulta extremadamente difícil. Puede llevar semanas hacer llegar la ayuda a la región y la realidad sobre el terreno es tan cambiante que es imposible hacer planes a largo plazo. «Es muy difícil hacer algo por el futuro de Gaza, pero aún así tenemos prioridades”, asegura el Patriarca. “Todas las escuelas están destruidas o se utilizan como refugios. Los niños ya han perdido un año de estudios, pero las familias quieren educación, por lo que estamos tratando de introducir caravanas para que sirvan de escuelas. Sin embargo, tenemos que encontrar maestros y trabajar con lo que queda de las autoridades palestinas».
La tasa de desempleo más alta de la historia de Cisjordania
A diferencia de lo que piensa gran parte del mundo, Gaza no es la única crisis de Tierra Santa. «Todos están centrados en Gaza, donde se está cometiendo un verdadero crimen y la situación es catastrófica, pero la situación en Cisjordania también es dramática”, afirma el cardenal Pizzaballa. “La mayoría de los cristianos dependían del turismo, y ahora no hay trabajo con los peregrinos, y los que trabajaban en Israel ya no tienen permisos para entrar. Estamos presenciando la tasa de desempleo más alta de la historia, un 78%, en concreto, entre los cristianos».
ACN ha estado apoyando proyectos en Tierra Santa durante muchos años, pero la ayuda se incrementó considerablemente tras los ataques del 7 de octubre que desencadenaron en la guerra actual. ACN fue una de las primeras organizaciones en ofrecer ayuda al Patriarcado Latino. «Jerusalén y Tierra Santa son siempre lugares difíciles para vivir”, explica el Patriarca. “Son maravillosos, porque aquí nació el cristianismo, pero también son muy duros, especialmente en este período de guerra, donde estamos enfrentándonos a muchos desafíos. Quiero expresar mi agradecimiento a ACN y a todos sus benefactores por ayudar a nuestra Iglesia a seguir viviendo a través de las actividades pastorales, a pesar de la emergencia”, dijo a los representantes de ACN. “Esta cercanía y presencia concreta entre nosotros es una bendición, como lo es el apoyo y la solidaridad de la Iglesia universal a la Iglesia Madre de Jerusalén”, añade el cardenal Pizzaballa.
Si bien la fundación pontificia ha proporcionado ayuda de emergencia y financiado un programa de creación de empleo, el cardenal Pizzaballa resaltó que sigue siendo particularmente importante que ACN esté dispuesta a ayudar a financiar más programas pastorales para fortalecer la fe de las personas. «Ustedes están presentes cuando las cosas se ponen difíciles. En actividades pastorales, campamentos de verano y otras actividades para las que no siempre es fácil recaudar fondos. A menudo, las personas que ayudan quieren ver su nombre en una placa, pero la ayuda a la formación no puede ser reconocida en una placa conmemorativa.»