Járkov es una de las ciudades ucranianas más atacadas actualmente. El martes pasado, la residencia del obispo católico local, Pavlo Honcharuk, fue alcanzada por el proyectil de una bomba. Hizo un agujero en el techo; nadie resultó herido. «De manera que ahora también nos ha caído ese ‘regalo’», explica el obispo en un breve video que ha enviado a la fundación internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN).
El trabajo en la curia a pesar de todo no cesa: algunas mujeres preparan comida caliente para llevar a dos estaciones de metro cercanas donde se han puesto a cubierto cientos de personas.
Los obispos católicos y ortodoxos visitan a los heridos
Según informa la diócesis de Járkov-Zaporiyia, Mons. Honcharuk se ha refugiado de los crecientes ataques en un sótano junto con unas 40 personas. El obispo Mytrofan, de la Iglesia ortodoxa de Ucrania, también se ha refugiado allí. Ambos obispos están visitando a los heridos en el hospital y ayudando a distribuir alimentos. La guerra ha hecho posible esta cooperación ecuménica.
Entre tanto, el obispo Honcharuk habla de grandes daños y numerosas muertes en otras partes de la ciudad. Las imágenes del ataque de misil a la céntrica Plaza de la Libertad de Járkov han dado la vuelta al mundo. Un edificio administrativo fue destruido y se informó de la muerte de varias personas.
Los edificios residenciales también han sido muy afectados
El ejército ruso ha subrayado repetidamente que no se han atacado objetivos civiles en Ucrania. Sin embargo, un segundo video enviado a ACN muestra viviendas muy dañadas frente a una fábrica destruida.monseñor Honcharuk explica: «Estos eran apartamentos. Todas las ventanas están destrozadas. Muchas personas han muerto. Los cables aéreos de una línea de autobús también han sido destruidos», señala consternado. Hay varios coches particulares quemados en la calle, se pueden ver los cráteres que han dejado las explosiones. Sólo un anciano desambula por ahí, y el obispo le insta a tener cuidado. En el video también se puede ver al obispo Honcharuk mirando dentro de un coche: «Hubo disparos aquí, hay sangre por todas partes», dice.
Mientras tanto, la situación en Járkov y en otros lugares sigue deteriorándose. A medida que la crisis se agrava, ACN apoya a los sacerdotes y religiosos de Ucrania para que continúen con su labor pastoral y caritativa. Además, está proporcionando ayuda de emergencia a los cuatro exarcas greco-católicos y a las dos diócesis latinas del este de Ucrania, que abarcan Járkov, Donetsk, Zaporiyia, Odesa y Crimea. ACN también pide oraciones por la paz en Ucrania.