La directora de prensa de ACN Internacional, María Lozano, nos cuenta los mensajes que ha dejado la visita del Papa en Mongolia
ACN.– «El ‘Fratelli tutti’ se ha vivido mucho en los encuentros interreligiosos del Papa en Mongolia». Así lo ha definido María Lozano, directora de prensa de ACN Internacional tras su participación en la visita del Santo Padre al país asiático. Francisco dejó muchos mensajes al pueblo mongol. Entre ellos animó a los misioneros, que son parte de la comunidad de 1.500 católicos, a seguir adelante con su labor evangelizadora pese a las dificultades a las que se enfrentan en un país tan distinto.
- ¿Cuáles han sido los mensajes más importantes que ha dejado el Papa en este viaje a Mongolia?
En primer lugar, la importancia de las cosas pequeñas y no estar siempre pendiente de los números. La visita es un hecho clave de ello. El Papa no ha venido a Mongolia porque es una comunidad enorme porque es muy poderosa o tiene un gran significado internacional. Este país quizá es una de los más pequeños que hay en el mundo porque el éxito y la apariencia no es lo más importante. A veces lo vemos como limitación, pero él decía que no, que en realidad es una ganancia. Entonces, a mí me recordaba a María, la sierva del Señor, que en su humildad es muchísimo más importante que todos los reyes de la Tierra.
Por otro lado, la comunión. La Iglesia es universal y estamos todos unidos. Esa unidad se ha notado mucho, empezando por los misioneros. La Iglesia universal se ve mucho aquí, no tanto entre los fieles porque muchos de ellos son mongoles, pero sí entre la Iglesia misma. Hay una universalidad, una comunión muy grande y es muy importante. Otro punto muy importante ha sido susurrar el Evangelio. El cardenal Marengo habló de ello, de esa cercanía. Para susurrar tienes que estar muy cerca del otro y supone confianza y cercanía.
- ¿Cómo fue el recibimiento que dio la pequeña comunidad cristiana, las autoridades y las comunidades de las demás confesiones religiosas presentes en el país?
El ambiente ha sido armonioso. La comunidad cristiana ha estado muy alegre, super contentos y orgullosos de su país. Las autoridades han recibido al Papa con mucho respeto. También, hay que decir que no era un evento organizado por la Iglesia, sino que era una invitación del Gobierno de Mongolia. Además, con las comunidades de las demás confesiones religiosas presentes en el país hemos visto mucho cariño. Recuerdo el mayor representante budista de Mongolia, que es el abad de uno de los monasterios más importantes, cuando el Papa llegó al encuentro interreligioso, le trató con mucho cariño y cercanía.
- En estos días de visita, ¿cuáles han sido los momentos o los encuentros más destacados que ha tenido Francisco?
El encuentro con los misioneros, las órdenes religiosas, los laicos y los trabajadores de la pastoral en Mongolia en la catedral. Fue muy bonito para la Iglesia por esa dedicación y esas palabras que les dedicó el Papa hablándoles de ser nómadas de Dios.
También, el encuentro interreligoso fue de gran importancia para demostrar que es uno de los mensajes que el Papa ha querido dar al mundo. La Iglesia no tiene una agenda política, ni quiere crear influencia, no es agresiva. Pero, sí está para crear lazos y puentes. Creo que el ‘Fratelli tutti’ se ha vivido mucho en los encuentros interreligiosos.
- En vuestro compartir con fieles y sacerdotes de la Iglesia católica, ¿qué mensajes les transmitieron con respecto a esta visita del Sumo Pontífice?
He tenido bastantes conversaciones con fieles y familias mongolas. Les preguntaba por qué se habían acercado a la fe católica. Aquí la mayor parte son ateístas o budistas y ser católico es una cosa bastante exótica. Muchas de las mujeres decían que ellas habían encontrado en la Iglesia consuelo en situaciones muy difíciles de sus vidas. La vida diaria en Mongolia no es fácil. También ellos veían el bien que estaba haciendo la Iglesia a sus hijos. Por eso, a mí me ha gustado mucho ver la familia. En Mongolia las familias son grandes y jóvenes. Me ha parecido que había mucho cariño entre ellos. Cómo se cuidan, con gestos muy cariñosos… Creo que por eso la Iglesia es tan importante para ellos, porque cuida mucho de sus hijos y de sus familias.
- ¿Qué proyectos ha apoyado ACN en Mongolia y en lo que habéis visto estos días cuáles dirías que son las principales necesidades de la Iglesia mongola?
Llevamos apoyando la Iglesia en Mongolia casi desde sus comienzos en cosas pequeñas porque la Iglesia es pequeña. Por ejemplo, en construcciones como la catedral, ayudamos a hacer trabajos de mejora. Con coches a las congregaciones o a todo lo que necesiten ellos para su labor pastoral. Con la visita del Papa, creo que esta ayuda se va a incrementar porque mucha gente se ha interesado ahora por la religión católica. Seguro que ahora van a tener muchos frutos.
- María, has afirmado que «Mongolia tiene potencial para convertirse en un socio importante de la Santa Sede en Asia Oriental y Central, así como en un ejemplo para otros países asiáticos”. ¿Por qué crees que es así y cómo influye la visita del Papa en ese papel, mediador y de modelo de Mongolia?
El mensaje del Papa es de gran ayuda para todas las iglesias minoritarias de la zona de Asia y Euroasia. Son todos países de minorías en situaciones de periferia. Lo han trabajado y lo están trabajando en muchas otras zonas. La palabra consuelo ha sido muy importante. Creo que el Papa también venía a consolar, como padre que es de la Iglesia, a todos estos fieles que se sienten lejanos.