Quinto aniversario del “Día Internacional en Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Basados en la Religión o las Creencias”.
Este 22 de agosto se cumple el quinto aniversario del “Día Internacional en Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Basados en la Religión o las Creencias”, establecido por la Asamblea General de la ONU en 2019. ACN entrevista a la Dra. Ewelina Ochab, la abogada y defensora de los derechos humanos que tuvo la idea y ayudó a asegurar el apoyo de los Estados para el establecimiento de la conmemoración internacional.
En septiembre de 2017, Ochab asistió a la conferencia internacional organizada por ACN en Roma sobre la reconstrucción de los pueblos cristianos destruidos por el Estado Islámico (EI) en la llanura de Nínive, en Irak. Ese mismo año, movida por el testimonio y como respuesta a las continuas atrocidades del EI contra las minorías religiosas, incluidos cristianos, yazidíes y otras religiones, en Siria e Irak, Ochab tomó la iniciativa de llamar la atención sobre las violaciones de la libertad religiosa e instó a la comunidad internacional a actuar: “Redacté la propuesta y la resolución inicial y empecé a recabar el apoyo de los Estados para hacerla realidad”.
El camino fue arduo y requirió una investigación exhaustiva y la formación de coaliciones para obtener los votos necesarios. Destacando la implicación de ACN, la abogada polaca recuerda: “La fundación me ha apoyado desde el principio, también en la toma de contacto con Estados y políticos, y en el esfuerzo por lograr el consenso de que es algo realmente necesario”.
Los miembros de la ONU Estados Unidos, Canadá, Brasil, Egipto, Iraq, Jordania, Nigeria y Pakistán fueron los principales patrocinadores que trabajaron en el borrador antes de presentarlo ante la Asamblea General de la ONU. “Mientras trabajábamos para establecer esta jornada internacional, los recuerdos de las horribles atrocidades cometidas contra los yazidíes, los cristianos y otras minorías religiosas aún estaban frescos en las mentes de los miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas”, explica Ochab. Añadiendo: “En muchas otras partes del mundo también se estaban produciendo ataques similares, aunque de otra forma y a diferente escala. Estaba muy claro que había que hacer más para asegurar que reflexionáramos sobre el tema y nos enfocamos en la violencia, que era omnipresente”, recuerda Ochab.
La resolución propuesta fue finalmente presentada a la Asamblea General de las Naciones Unidas por Polonia, el país natal de la Dra. Ochab. Al final, más de 80 Estados miembros de la Asamblea General de la ONU apoyaron la propuesta de establecer un día de conmemoración internacional, eligiendo el día 22 de agosto.
Ochab destaca que, al dedicarles una fecha conmemorativa, la Asamblea General de la ONU reconoce el dolor y el sufrimiento de las víctimas de violencia a causa de su religión o creencia: “Dejaron de ser víctimas o supervivientes invisibles. Este día pertenece a todas las víctimas y supervivientes de la violencia basada en la religión o las creencias… las pasadas, las presentes y las futuras. Con este día pretendemos empoderarlas para que sean agentes de cambio”.
Sin embargo, han pasado cinco años desde el establecimiento del día de conmemoración y, según Ochab, aún no se han emprendido suficientes acciones concretas para abordar el problema: “La situación no ha mejorado y tenemos demasiados ejemplos de violencia por motivos religiosos. De Darfur a la RDC, de Nigeria a Camerún, de Nagorno Karabaj… y la lista continúa”. “También en Irak, hoy, diez años después de aquellas atrocidades de Daesh, la situación de las minorías sigue empeorando y su futuro se presenta sombrío”, advierte Ochab.
Una realidad que documenta el Informe sobre libertad religiosa en el mundo, una publicación de ACN que celebra su 25 aniversario, la violencia basada en la religión o las creencias sigue aumentando en el mundo. Por eso, como también indicó ACN después del anuncio inaugural de la ONU, la celebración del 22 de junio debería ser un primer paso de un proceso destinado a elaborar un plan de acción coordinado internacionalmente por la ONU y los Estados miembros para poner fin a la persecución religiosa.
Ewelina Ochab coincide con esta opinión y reclama que la conmemoración vaya acompañada de acciones: “El día internacional en sí mismo puede educar, pero los Estados deben hacer más para prevenir realmente este tipo de violencia, y eso no sucederá sin medidas concretas”. Prosigue: “Debemos contar con mecanismos sólidos para garantizar la identificación de las señales de alerta tempranas y de los factores de riesgo, así como también con estrategias integrales de respuesta; debemos asegurarnos de que todos estos crímenes se investiguen y enjuicien, y de que las víctimas y los supervivientes reciban la ayuda que necesitan. Cinco años después, se ha avanzado muy poco en esta dirección. Necesitamos un plan de acción con objetivos y plazos claros, y debemos aplicarlo paso a paso, sin excusas”.