Cristianos perseguidos en Siria tras el atentado en Damasco: “Sentimos que estamos solos”
El padre Fadi Azar, sacerdote franciscano sirio, ha alzado su voz tras el brutal atentado ocurrido el pasado domingo en la iglesia de Dweila, en Damasco, donde al menos 30 cristianos perdieron la vida y más de 50 resultaron heridos. En una entrevista con Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), el sacerdote expresó el profundo dolor que embarga a la comunidad cristiana y denunció el aumento de la violencia y la inseguridad que enfrentan las minorías religiosas en Siria.
“Los cristianos de Siria están viviendo un momento de mucha tristeza. Este ataque ha sido un golpe muy duro para todos”, declaró el padre Fadi, quien actualmente reside en Latakia, pero ha pasado gran parte de su vida pastoral en Damasco.
La comunidad cristiana no solo sufre por la violencia directa, como los atentados o los disparos frente a iglesias en ciudades como Homs y Hama, sino también por un clima generalizado de miedo, desempleo y abandono. “Muchos cristianos están perdiendo sus trabajos, sienten que ya no tienen futuro en el país. Nos sentimos solos”, afirmó el sacerdote.
El atentado del domingo ha sido calificado como uno de los más graves desde el inicio del conflicto en Siria. “Es la primera vez, desde 1860, que ocurre algo así: entran en una iglesia durante la misa y asesinan a los fieles mientras rezan”, relató.
Según el padre Fadi, existen múltiples versiones sobre los autores del ataque. Algunos testigos señalan al grupo extremista Ansar al-Sunna, vinculado con Daesh, como responsable del atentado. “No solo los cristianos están en peligro. También lo están los drusos, los alauitas e incluso los musulmanes moderados. Estos grupos fanáticos quieren imponer un gobierno islamista y terrorista, contrario a toda forma de convivencia civil”, advirtió.
El miedo se ha extendido por todo el país. En días recientes, se han reportado más ataques, como el ocurrido frente a una iglesia en Latakia, donde individuos armados abrieron fuego desde motocicletas, provocando la muerte de un civil.
Protección internacional
En este contexto, el padre Fadi ha hecho un llamado urgente a la comunidad internacional, especialmente al Vaticano y a la Unión Europea, para que intervengan y protejan a los cristianos sirios. “La gente me dice: ‘Padre, no queremos comida ni medicinas, queremos salir de aquí. Tenemos miedo por nuestras vidas y por el futuro de nuestros hijos’”, relató conmovido.
La población cristiana en Siria ha disminuido drásticamente en los últimos años. Antes de la guerra, representaban alrededor del 10 % de la población; hoy, apenas alcanzan el 3 %. Y muchos planean emigrar este mismo verano.
La voz del padre Fadi es un llamado a no olvidar a esta comunidad que sufre en silencio. “Los cristianos tenemos derecho a vivir en paz, a rezar en nuestras iglesias sin miedo. Solo pedimos justicia. Justicia y seguridad”, concluyó.