Ante el cierre repentino e inédito de las escuelas durante el Ramadán, un obispo preocupado por los cientos de miles de niños afectados ha hecho un llamado al Gobierno del norte de Nigeria para que reconsidere esta decisión.
El obispo de Katsina, Mons. Gerald Mamman Musa, declaró que todos quedaron sorprendidos tras el anuncio de los gobernadores de su estado, así como de Kano, Kebbi y Bauchi, sobre el cierre de todas las escuelas, tanto públicas como privadas, durante el mes de Ramadán. En declaraciones a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), el obispo señaló que la medida afecta a hasta 2,500 estudiantes de las ocho escuelas católicas del estado de Katsina, dejando a alumnos, maestros y padres en estado de shock ante una decisión que impacta a todos los centros educativos.
El cierre de las escuelas significa que cientos de miles de estudiantes de los cuatro estados se ven, de manera inesperada, privados de asistir a clases en una región donde la falta de acceso a la educación incrementa el desempleo y agrava la pobreza. Mons. Musa expresó al respecto:
“El anuncio del cierre de las escuelas nos tomó por sorpresa, pues no tiene precedentes. Hay que entender que la educación y las obligaciones religiosas no se excluyen mutuamente, sino que van de la mano. En este tema, deberíamos guiarnos por la lógica, el diálogo y la sabiduría”.
El prelado recordó que, cuando era niño, él y otros jóvenes de todas las religiones asistían a la escuela durante el Ramadán y otros períodos de ayuno religioso. Enfatizó que “no hay precedentes” de que la educación se haya visto interrumpida en estos periodos. Sus comentarios forman parte de una carta emitida por la Conferencia Episcopal Católica de Nigeria (CCEN), en la que se expresa una “profunda preocupación” por el cierre de las escuelas.
En dicha carta, se afirma que la decisión de los gobernadores equivale a un ataque contra el derecho a la educación, tal como lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
“El cierre de escuelas durante un período prolongado socava este derecho y pone en peligro la educación y el futuro de millones de niños nigerianos”.
El documento también cita informes de Naciones Unidas que destacan que Nigeria tiene el mayor número de niños fuera del sistema educativo a nivel mundial, con más de diez millones en total. Se manifiesta especial preocupación por el impacto de esta decisión en la ya alarmante tasa de niños sin escolarizar.
Firmada por el presidente de la CCEN, el arzobispo Lucius Ugorji de Owerri, y su vicepresidente, el arzobispo Donatus Ogun de Uromi, la misiva subraya que el cierre de las escuelas genera serias dudas sobre la naturaleza laica del país y los derechos de todos los ciudadanos.
Los obispos concluyeron:
“Instamos a los gobernadores de los estados afectados a reconsiderar esta decisión y a explorar medidas alternativas que respeten los derechos y libertades de todos los ciudadanos”.