Ayuda para reparar iglesias dañadas en Mozambique

Ayuda a la reparación de tres iglesias dañadas por una tormenta tropical

En la madrugada del tercer domingo de Adviento de 2024, el ciclón tropical Chido dejó una estela de devastación en la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique. Este fenómeno natural golpeó con fuerza una región que, desde hace varios años, sufre las consecuencias del terrorismo yihadista, el cual ha provocado el desplazamiento de cientos de miles de personas.

Con vientos que inicialmente alcanzaron los 200 kilómetros por hora, el ciclón destruyó viviendas, escuelas, centros de salud y guarderías; derribó árboles y postes eléctricos, y causó la interrupción del suministro de agua y electricidad en la ciudad de Pemba y en otras localidades. La Iglesia también resultó gravemente afectada: numerosas iglesias, capillas, casas de órdenes religiosas, casas parroquiales e instalaciones gestionadas por la Iglesia fueron destruidas o sufrieron daños considerables.

La parroquia de Santa Isabel, con sede en Chiúre, se ubica en uno de los distritos más poblados de la provincia y abarca una extensa zona donde viven 96 comunidades. En los últimos años, muchas personas desplazadas por el terrorismo han buscado refugio allí. Sin embargo, incluso en 2024, algunos pueblos pertenecientes a esta parroquia también fueron atacados por insurgentes yihadistas.

Esta parroquia es atendida por dos sacerdotes diocesanos y dos jesuitas, además de religiosas de la congregación de las Salesianas y 187 catequistas. También cuenta con una Fazenda da Esperança, una institución eclesiástica dedicada a la rehabilitación de personas con adicciones.

El ciclón dañó el techo y las ventanas de la iglesia parroquial.

Asimismo, la iglesia de Cristo Rey, ubicada en la localidad de Metoro, sufrió daños. Esta parroquia alberga el centro de formación de catequistas de la diócesis de Pemba, por lo que la iglesia también se utiliza como sede de estos encuentros. Algunos pueblos de la zona ya habían sido arrasados por los terroristas, lo que representa un desafío adicional para esta comunidad parroquial.

Por su parte, a las misas dominicales de la iglesia parroquial de Mieze, consagrada a Nuestra Señora del Monte Carmelo, asisten cientos de personas, entre ellas muchos niños y jóvenes. El ciclón arrancó el techo de la iglesia, por lo que los fieles ya no tienen un lugar cubierto para celebrar la Santa Misa. Incluso los árboles bajo los que antes podían reunirse fueron derribados por el ciclón. Esta parroquia también ha recibido a numerosos desplazados.

Estamos apoyando la reparación de estas tres iglesias parroquiales dañadas por el ciclón, con un total de 30,300 euros. Además, esta diócesis nos ha enviado solicitudes adicionales para otros proyectos de reconstrucción.

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