ACN.- Este 15 de febrero se celebra la memoria de los 21 mártires coptos que fueron decapitados por el grupo terrorista Daesh en una playa de Libia en 2015. Los 20 cristianos coptos egipcios y su compañero de trabajo de Ghana fueron secuestrados en Libia a principios de enero de 2015. El vídeo de su decapitación fue publicado en varias webs yihadistas el 15 de febrero siguiente. Apenas una semana después de la noticia de la masacre, el Patriarca copto ortodoxo Tawadros II decidió inscribir sus 21 nombres en el Synaxarium, el libro de los mártires de la Iglesia copta.
En el octavo aniversario de este martirio, recordamos el testimonio que los familiares de estos cristianos han compartido con Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
“Soy madre de mártires y estoy orgullosa de ellos”
Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha podido hablar con la madre de dos hermanos Samuel de 22 y Beshoy de 24 años de edad que estaban entre los 21 mártires, y pedía que se la identificara como lo que realmente es: “Soy madre de mártires, y estoy orgullosa de ellos. Ellos interceden por mí y por su padre en el cielo. Añadió que está rezando por los perseguidores del Daesh y pidiendo a Dios “que les dé la luz y les abra los ojos a la verdad y al bien”.
Sobre la divulgación del famoso vídeo de Daesh, en el que se ve a los 21 mártires vestidos de naranja y arrodillados en la arena delante de sus asesinos, Basheer, hermano de Samuel y Beshoy afirma que antes del “asesinato de mis hermanos y sus compañeros, nuestra familia y toda la iglesia de nuestro pueblo de Al Our habían estado 45 días rezando por ellos, ya que sabíamos de su secuestro”.
Además, añade que, como quedó registrado en el vídeo, “Dios habló a través de ellos por medio de su invocación ‘Ya Rabbi Yassou’ (‘Oh, mi Señor Jesús’)”. “Nuestros mártires rezaron antes de morir, y era obvio que estaban invocando a Jesús. Eso es un consuelo para nosotros y nos hace sentirnos orgullosos. Los veintiuno tuvieron la fortuna de ser mártires por Cristo y nuestra comunidad se siente honrada de tener la custodia de sus cuerpos”.
Pese al terrible dolor que sufrieron, Basheer dice que “Mis padres sintieron alivio cuando supieron con certeza que sus hijos se mantuvieron firmes en su fe en Jesucristo, quien nos ha infundido mucho alivio y consuelo. Mis hermanos nos han infundido valor frente a la persecución; ya no tenemos miedo ni sentimos preocupación”.
Un libro recogerá los milagros de los 21 mártires
El santuario dedicado a estos mártires prepara la publicación de un libro que documente los milagros que se atribuyen a la intercesión de estos mártires. “Hay muchos milagros en el pueblo atribuidos a ellos. Así, una mujer con cáncer se ha curado tras rezar en el santuario”, ha informado el P. Abu Fanus, añadiendo que muchas personas se han bautizado y se han vuelto cristianas gracias al ejemplo de los 21 mártires. “La Iglesia Copta sobrevive gracias a la sangre de sus hijos”, ha dicho el sacerdote. En el santuario, situado en Al Our, en la provincia egipcia de Minya, se puede apreciar una exposición que documenta la historia de estos mártires desde el momento de su secuestro y en esta se puede ver, entre otras cosas, los trajes de color naranja que llevaban puestos cuando fueron decapitados.
El mártir número 21
El decapitado número 21 no era copto ni cristiano y fue reconocido en el vídeo que difundió Daesh por un amigo suyo. Era natural de Ghana, su nombre era Mathew Ayariga y llegó a Libia para buscar trabajo. Allí conoció, convivió y trabajó con los otros 20 mártires coptos. En el momento del martirio, cuando los terroristas le preguntaron si rechazaba a Jesús, a pesar de saber que iba a ser asesinado, dijo sin dudarlo: «Su Dios es mi Dios». Mathew confesó a Cristo con su sangre.