Los benefactores de la fundación internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) han aportado más de 9,5 millones de euros para más de 290 proyectos; la mayor parte, para apoyar hombres y mujeres dedicados al trabajo con los más necesitados, beneficiando así a innumerables personas.
Cuando las tropas rusas comenzaron la invasión a gran escala, en febrero de 2022, bombardeando las ciudades principales e intentando sitiar Kiev, ACN fue una de las primeras organizaciones en prestar asistencia inmediata.
A lo largo del año, los esfuerzos no solo no disminuyeron, sino que se multiplicaron para ayudar directamente a más de quince mil personas, la mayoría de las cuales se dedica a servir a los más necesitados y desesperados, incluyendo a aquellos que durante la guerra han perdido todo lo que poseían, incluso a miembros de sus familias.
La ayuda total de ACN a Ucrania, en estos primeros 12 meses de guerra, asciende a más de 9,5 millones de euros distribuidos en 292 proyectos.
Una gran porción de la ayuda de emergencia se centró en ayuda existencial, beneficiando a 7447 personas, incluyendo a sacerdotes, religiosas y religiosos, así como a trabajadores de las diócesis. Estos hombres y mujeres han permanecido en sus lugares, a veces en situaciones muy peligrosas, manteniendo en marcha la vida y las actividades de la Iglesia, permitiéndole seguir atendiendo las necesidades espirituales y materiales de la población local.
Teniendo en cuenta que circunstancias extraordinarias exigen medidas extraordinarias, muchos seminarios e iglesias abrieron sus puertas a los refugiados. ACN asumió la carga adicional resultante de la necesidad de alimentos y servicios básicos, de esta manera ayudó a 738 seminaristas, así como a la financiación de 231 mejoras de cocinas y hornos portátiles, el menaje doméstico de parroquias, conventos, seminarios y otras instituciones relevantes que están ayudando a los refugiados.
Durante las primeras semanas y meses de la guerra, una gran oleada de desplazados internos se dirigió al oeste de Ucrania. ACN también ha estado allí para esas personas y ha proporcionado ayuda humanitaria a 2274 refugiados, a través de instituciones eclesiásticas.
Alivio social y espiritual para jóvenes y adultos
Los niños y jóvenes están siempre entre los más afectados en estos tiempos de crisis, ya que la guerra impone cambios radicales en sus hábitos e interrumpe las rutinas escolares. Durante este año, la iglesia local ha puesto especial atención a las necesidades de los jóvenes, proporcionándoles momentos de ocio, esenciales para un desarrollo saludable. ACN ha contribuido a este esfuerzo financiando actividades pastorales y campamentos de verano para 1.712 jóvenes en áreas seguras, lejos de las zonas de combate.
Los miembros de congregaciones religiosas y miles de voluntarios laicos lo dieron todo para ayudar a sus hermanos y hermanas en dificultad, y ACN es consciente del grave peligro que supone en esos casos el agotamiento físico y espiritual. Por eso, también financió 16 proyectos de formación y retiros espirituales para 3.280 personas: la gran mayoría – 2.640 – laicos y familias involucradas en los esfuerzos pastorales de la Iglesia, 640 eran religiosos, sacerdotes o catequistas.
Generando calor y esperanza
Durante la persistente crisis energética derivada de la guerra, la llegada del invierno trajo consigo la necesidad de calefacción. ACN logró proveer 205 generadores de energía y 78 sistemas de asilamiento o calefacción a diferentes comunidades de religiosos, permitiéndoles así, permanecer en sus domicilios. A estos esfuerzos hay que añadir 25 proyectos de construcción o renovación para mejorar, reparar o ampliar edificios, incluyendo iglesias; tres proyectos de aguas y saneamiento y tres proyectos para la instalación o reposición de ventanas.
Además de todos estos proyectos, la fundación pontificia también colaboró con la adquisición de 80 automóviles y furgonetas que fueron donados a diócesis, parroquias, seminarios y órdenes religiosas, entre otros, para prestar atención pastoral y distribuir suministros.
Como siempre, una parte muy importante de la ayuda de ACN se llevó a cabo a través de estipendios de misa, que ayudan a sostener a los sacerdotes en su trabajo diario. Estas misas son celebradas por las intenciones de los benefactores y, por supuesto, por el cese de hostilidades. Al menos 6549 sacerdotes recibieron estos estipendios, cuyo beneficio espiritual es incalculable.
ACN también ayudó en la compra de 130 equipos litúrgicos para que los sacerdotes pudieran celebrar la santa misa en diferentes situaciones y entornos, a veces durante los desplazamientos o en zonas de conflicto.
La ayuda de ACN a Ucrania se distribuyó por todas las diócesis, tanto las de rito latino como las greco-católicas.
La fundación internacional continúa recibiendo mensajes de profunda gratitud de sus socios de proyectos locales. En un mensaje de Navidad, enviado a ACN, monseñor Sviatoslav Shevchuk, arzobispo de la Iglesia católica ucraniana griega, dijo: “Permítanme transmitirles los mejores deseos y agradecimientos desde Ucrania, en medio del frío. Sin electricidad, sin calefacción. Pero con Dios, que viene a nacer de nuevo entre nosotros. ¡Que la presencia de Dios sea nuestra esperanza, sea nuestra fe y sea la fuente de nuestra vida en las circunstancias actuales de guerra en Ucrania!”.
Mons. Mieczyslaw Mokrzycki, arzobispo greco-católico de Leópolis también expresó su “sincero agradecimiento a todos los benefactores de ACN” y les pidió que “continúen dando su ayuda a Ucrania, especialmente en el invierno”.
Mons. Visvaldas Kulbokas, nuncio apostólico en Ucrania, dijo el 8 de febrero de 2023 durante una conferencia online: “Sentimos su presencia. Sentimos sus oraciones y todos los días somos testigos de pequeños milagros: sus oraciones son muy importantes para mantenerse en pie y estamos agradecidos”.