En una declaración conjunta, los patriarcas católico-latino y greco-ortodoxo de Jerusalén hicieron un llamado a las partes en conflicto para que pongan fin a las hostilidades y permitan sanar las heridas de las familias afectadas en ambos bandos.
Tanto el clero católico como el greco-ortodoxo, junto con las religiosas de Gaza, anunciaron que permanecerán en sus recintos para acompañar y atender a quienes decidan quedarse, a pesar de la reciente orden de evacuación emitida mientras Israel lleva a cabo una ofensiva terrestre para tomar el control de la ciudad de Gaza.
En su mensaje del 26 de agosto de 2025, los patriarcas señalaron que los refugiados que viven en los recintos deben decidir libremente, pero reconocieron que para muchos evacuar hacia el sur de la Franja de Gaza equivaldría a una muerte segura.
“Desde el inicio de la guerra, el recinto greco-ortodoxo de San Porfirio y el recinto católico de la Sagrada Familia han acogido a cientos de civiles, entre ellos ancianos, mujeres y niños. Además, en el recinto latino reciben desde hace muchos años a personas con discapacidad, atendidas por las Misioneras de la Caridad”, explicaron el cardenal patriarca Pierbattista Pizzaballa y el patriarca Teófilo III.
“Al igual que otros habitantes de Gaza, quienes se refugian en nuestras instalaciones deben decidir según su conciencia. Muchos de ellos ya están debilitados y desnutridos por las penurias de los últimos meses. Intentar huir hacia el sur sería una sentencia de muerte. Por eso, el clero y las religiosas hemos decidido permanecer y seguir cuidando de quienes se encuentran en nuestros recintos”.
Los líderes cristianos advirtieron que la ofensiva de Israel y la retención de rehenes por parte de facciones palestinas no son la solución al conflicto.
“No sabemos qué ocurrirá en el terreno, no solo con nuestra comunidad, sino con toda la población. Pero lo repetimos: no puede haber un futuro basado en el cautiverio, el desplazamiento o la venganza. Como dijo recientemente el Papa León XIV: ‘Todos los pueblos, incluso los más pequeños y débiles, deben ser respetados en su identidad y derechos, en particular el derecho a vivir en sus propias tierras; y nadie puede forzarlos al exilio’”.
Finalmente, los patriarcas instaron a poner fin a la espiral de violencia y dar prioridad al bienestar de la población:
“Ya ha habido suficiente devastación, tanto en los territorios como en la vida de las personas. No hay justificación para mantener a civiles como prisioneros o rehenes en condiciones inhumanas. Es hora de sanar a las familias heridas de ambas partes”.
Asimismo, hicieron un llamado a la comunidad internacional para actuar con urgencia y lograr el cese de la guerra, el regreso de los desaparecidos y la liberación de los rehenes israelíes.
Actualmente, unos 550 cristianos se refugian en la parroquia católica de la Sagrada Familia, entre ellos más de 70 personas con discapacidad al cuidado de las Misioneras de la Caridad. Otras 150 personas permanecen en el recinto ortodoxo de San Porfirio.
La parroquia latina se ha convertido en un refugio vital, ofreciendo alojamiento, medicinas y apoyo no solo a los cristianos, sino también a miles de personas externas que carecen de lo básico. Sin embargo, la violencia ha cobrado vidas: en un ataque israelí reciente contra la parroquia católica murieron tres personas y varias más resultaron heridas.