Ofrecer una Misa por el alma de un ser querido difunto es uno de los gestos más significativos de amor y ayuda espiritual. Al pedir Misas por los difuntos, podemos contribuir a aliviar sus penas, facilitar su liberación del purgatorio y guiarlo hacia la felicidad eterna en el cielo.
El estipendio asociado a la Misa permite a los benefactores no solo participar en la celebración de la Eucaristía, sino también apoyar a sacerdotes perseguidos por su fe y también a sacerdotes que se encuentran en zonas de mucha necesidad y asi apoyar sus diversas actividades pastorales. Esta ofrenda refleja nuestra fe en la mediación de la Iglesia.
Muchos benefactores optan por encargar Misas mensuales durante un año completo en memoria de su ser querido. Otros prefieren solicitar una Misa en fechas significativas como el aniversario de fallecimiento, cumpleaños, aniversario de bodas u otros momentos importantes en la vida del difunto. Cada Misa es un acto de fe y esperanza, una manera poderosa de mantener viva la memoria de nuestros seres queridos y encomendar su alma al amor y misericordia de Dios.